En el año 2018 estudié emprendimiento e innovación en Europa, recuerdo que me impresionó lo avanzados que están en infraestructura con respecto a Costa Rica (el país en que resido) y cómo esa buena infraestructura aumentaba la calidad de vida de sus habitantes.
Me di cuenta que para ellos era normal caminar todos los días por aceras amplias, limpias y seguras; utilizar el tren o los buses eléctricos, el metro o inclusive todas las compañías que dan servicio de transporte como UBER, Cabify, myTaxi, Car2Go o bien bicicletas y scooters eléctricos. Esto me tenía asombrado y me parecía innovador porque en Costa Rica es impensable no utilizar el carro para movilizarse de forma segura, cómoda y “rápida” (a pesar de mucho tráfico es considerado la mejor opción).
También quede impresionado al darme cuenta qué las generaciones debajo de los 36 años (con los que compartía día a día) se quejaban constantemente de que el transporte público podría ser aún mejor, que hacían falta más líneas de metro, más paradas para los buses eléctricos, que comprar los tiquetes debía ser más sencillo, que en algunas partes las aceras no eran tan anchas como deberían de serlo, etc. Fue ahí donde me di cuenta lo rápido que las personas se acostumbran a las cosas buenas, y que innovar y crear nuevas soluciones a las necesidades del mercado es algo constante, simplemente por el hecho de ser seres humanos. Estamos constantemente pidiendo mejores productos y servicios que mejoren nuestra calidad de vida.
Según estudios hechos por psicólogos las nuevas generaciones son aún más exigentes con los productos y servicios que consumen, aún más que los millenials, y es por ello que para toda empresa es imprescindible estar en constante innovación y desarrollo de productos digitales que hagan la vida de sus clientes más cómoda, sencilla, interesante y divertida de alguna forma, si no, desaparecerán del mercado más rápido de lo que se imaginan.
Ahora, veamos algunos números que soportan la idea de lo mucho que está cambiando el mundo y de la exigencia de los consumidores.
Después de ver estos números y teniendo clara la importancia del tema le invito a preguntarse ¿qué tan innovadora es la cultura de la compañía a la cual pertenece?
Según un estudio creado por MIT Sloan, en el cual se estudiaron 759 empresas de Estados Unidos (consideradas innovadoras en su sector) las compañías más innovadoras son las que demuestran tener más bases para permitir al recurso humano crear, inventar o innovar con más libertad.
Estas empresas innovan constantemente basándose en los “6 bloques” que ayudan a crear una cultura de innovación en cualquier empresa de cualquier industria. Son los siguientes:
Los primeros 3 son meramente soft skills o habilidades blandas y son, de acuerdo con muchos autores, la base de la innovación; después vienen 3 bloques de hard skills o habilidades duras que la empresa necesita para que la cultura innovadora sea impregnada en cada uno de sus trabajadores, sin importar su posición.
No es suficiente con tener la misión y la visión clara, es necesario crear un modelo de negocio, con una cultura laboral que promueva la innovación.
Ahora, qué se recomienda para que una empresa empiece a ser innovadora, sea cuál sea su tamaño e industria. La respuesta no es otra que empezar con que sus valores promuevan la innovación, ya que éstos impulsan la toma de decisiones y sus prioridades hacia ello ¿En qué se está gastando el tiempo y el dinero? ¿En qué se está invirtiendo el dinero? Son algunas de estas preguntas que deberían enfocarnos hacia procesos de innovación.
Una vez que los valores dirigen a la empresa para que las prioridades y decisiones sean basadas en la innovación, se establecen comportamientos y acciones que llevan a las personas a innovar, esto genera un clima de entusiasmo, compromiso, aprendizaje rápido y constante, alentando a un pensamiento independiente, creativo y creando nuevos retos.
Ahora bien, para que se den estos retos y que la gente no pierda esa motivación es importante que existan recursos que ayuden a estas personas a desarrollar su idea, como sistemas de comunicación, de aprendizaje, de creación, y proyectos que hagan que las personas pongan en práctica lo que aprenden.
Estos recursos correctos crean procesos ideales, que serán las rutas que guían el desarrollo de la innovación dentro de la empresa ¿Qué sistema se usa para capturar ideas? ¿Qué sistema revisa y prioriza estas ideas? ¿Qué proceso se utiliza para crear prototipos a bajo costo validados por potenciales clientes? Estos procesos cambiarán las reglas de juego junto con la forma de trabajar y obligarán a todos los que trabajan en la empresa a moverse de una misma forma.
Por último, cada empresa mide o debería medir su nivel de éxito, al final de cuentas, como dijo Peter Drucker (autor de más de 35 libros de administración de empresas) “no se puede gestionar, lo que no se puede medir”, el nivel de éxito tiene que ser capturado internamente (qué piensa nuestro personal) y externamente (qué piensan nuestros clientes y el mercado en general), esto con el objetivo de demostrar año a año si vale la pena seguir por este camino de la innovación ¿Qué seguiré haciendo? ¿Qué empezaré a hacer? ¿Qué dejaré de hacer?
Muchas empresas no han desarrollado sus estrategias hacia la innovación y es por esto que en GBM existe el InnoHUB que ofrece varios servicios y asesorías para ayudarle a aquellas que no tienen esta cultura a innovar en:
Creando productos digitales que ayuden a una transformación digital para generar nuevos ingresos o bien, para disminuir costos. Se cuenta con personas especializadas en metodologías como el design sprint o design thinking para probar ideas rápido y unir equipos que regularmente no trabajarían en conjunto para fortalecer las sinergias y valores de las diferentes unidades de la empresa.
Para terminar, les compartola siguiente frase: “Si usted siempre hace lo que siempre ha hecho, siempre va a ser lo que siempre a sido” Tony Robbins. No podemos esperar algo distinto, si no cambiamos el cómo hacemos las cosas.