¿Propósitos de año nuevo? ¿Intenciones? Estas palabras tienen en su significado intrínseco un “voy a tratar” que no me parece adecuado para este blog ni para este año. ¿Resolución? Sí, mejor. Implica que se ha tomado una decisión para el futuro (próximo) y que, por consiguiente, se estará llevando a cabo una acción para ejecutarla.
Ésta fue la cuarta ocasión en que de manera casi como un ritual, me senté a pensar, antes de que finalizara el 2018, en lo que quiero lograr en el siguiente año. Y, al final de esta actividad, obtuve como resultado un documento donde están plasmadas mis metas. ¿Alguno de ustedes hace lo mismo? ¿Cómo lo hacen?
Anteriormente, solía llevar a cabo este proceso, pero de una manera bastante informal y sin que quedara anotado. Solamente pensaba en lo que quería y lo guardaba en mi memoria. Nada más. Sin embargo, he aprendido que, si no queda por escrito, no sirve. El documento en sí es de suma importancia, pues se trata de una especie de contrato con uno mismo. Aunque no tenga firma. Ah, y mejor aún si está escrito en “puño y letra”.
Como todo en la vida, lo que se practica se mejora y por eso considero que hoy puedo brindarles algunos consejos para apoyarlos en la documentación de estas intenciones:
Este año, siguiendo mis recomendaciones anteriores, al quedarme sola en casa, lo cual les aseguro que sucede poco, logré hacer mi sesión de lluvia de ideas y plasmar una serie de resoluciones para este 2019.
Antes de mostrarles cómo quedó, y sin revelar muchos detalles personales, les comento que, después de una sesión de lluvia de ideas de calidad, las categorías que elegí para este año las considero bastante poderosas porque a pesar de ser simplemente tres, tienen mucho significado por sí mismas; y éstas son: Ser, Aprender y Crecer.La primera es el “Ser” y se refiere en lo que nos vamos a enfocar a más corto plazo y que se va a ejecutar más repetitivamente durante el mes. Por ejemplo, planes de ejercicio, de alimentación, rutinas familiares (e.g. leer equis cantidad de tiempo con nuestros hijos al día o a la semana) y profesionales (por ejemplo, dedicar equis espacio diario o semanal a actividades estratégicas o de planeación en nuestros trabajos). La segunda categoría es el “Aprender” y significa aquellos tópicos que debamos reforzar a nivel educativo, como por ejemplo mediante la lectura, los cursos virtuales o físicos, los podcasts, etc. Se enfoca en temas que nos van a aportar conocimiento para la siguiente categoría o etapa, y que, por lo tanto, debemos tener clara la visión de hacia adónde vamos y qué queremos lograr a más largo plazo. Por último, la tercera categoría es el “Crecer” y se refiere a las metas personales y profesionales que hemos querido comenzar pero que por alguna razón (entre la más probable es el miedo) las hemos aplazado. Desde escribir un blog, desarrollar una aplicación o crear un negocio propio hasta tocar un instrumento. Son las metas a largo plazo, para las cuales hay que trabajar un plan más consciente y detallado sobre los pasos que hay que llevar a cabo para lograr concretar en algún momento (ojo que puede durar más de un año) estos objetivos.
Es importante que, en cada una de las categorías, coloquemos las resoluciones y anotemos a su lado un KPI, que se convertirá en nuestra meta a corto plazo; por ejemplo, cuánto tiempo vamos a dedicarle al ejercicio o a leer, cuántos cursos vamos a llevar, cuántas horas vamos a invertir en etc.
Y por último, como consejo, recomiendo definir “To-do´s” para tener claro en lo que tenemos que enfocarnos. Por ejemplo, si decidimos llevar un curso de Marketing Digital en línea, un pendiente sería el tomar la decisión de cuál curso es el que estaríamos cursando; o bien, si decidimos correr una maratón, debemos decidir cuál; etc. Les adjunto un ejemplo de como puede lucir este documento. Sin embargo, cabe resaltar que al ser un ejemplo, aún faltan más categorías a incluir y más metas a cumplir. No lo compliquen mucho, pues entre más simple, más fácil de seguir el plan trazado. ¡Muchos éxitos!Ahora sí, viene lo más complicado: la ejecución. Y no me refiero a la realización de este documento, sino al cumplimiento de estas resoluciones. ¿Quién se atreve? En el peor de los casos, algo habremos logrado aprender o alcanzar.
¿Nos hablamos en un año para conocer cómo nos fue?
Let´s #makeIT !!!